364 empresas agrícolas quebraron en los últimos ocho años: sector apunta al creciente impacto de la crisis hídrica
El diagnóstico público y privado es dispar. Mientras el Gobierno sostiene que no existe un problema estructural en el rubro, gremios y empresarios advierten serios riesgos para su sostenibilidad poniendo el foco en la escasez de agua.
- T+
- T-
La sequía comenzó a impactar la sostenibilidad financiera de las empresas agrícolas. Así lo aseguró el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Antonio Walker, que afirmó que hay una tendencia entre la falta de producción y la escasez de agua.
Con este antecedente sobre la mesa, DF consultó a la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, y según los datos recabados, efectivamente en los últimos ocho años las compañías del sector que han entrado en procesos de liquidación y reorganización han ido aumentando gradualmente.
En dicho período, la Superintendencia recibió 364 solicitudes de liquidación por parte de empresas del rubro. En tanto, en el mismo lapso, 49 firmas pidieron la reorganización.
El balance del sector en este ámbito en 2023 confirmó esta tendencia, con un saldo de 43 liquidaciones y siete reorganizaciones. Y si bien estas cifras son inferiores a las del ejercicio 2022 -con una baja de 23% en los procesos de liquidación y de 12,5% en reorganizaciones-, el monto se sigue manteniendo muy por encima del balance de hace ocho años. En efecto, mientras en 2015 las quiebras del rubro agrícola no superaban las 20 empresas, este número fue aumentando progresivamente al punto que desde el ejercicio 2018 esa cifra no baja de las 40 compañías anualmente.
En el desglose por rubros agrícolas, lidera el ranking de liquidaciones de empresas en los últimos ocho años el sector triguero con 59 empresas (ver recuadro), seguido de firmas que desarrollan labores de apoyo a la agricultura (57) y productores de frutas de “pepita y de hueso” (32).
El fenómeno no solo ha afectado a las pequeñas empresas del rubro, sino también a actores con décadas de operación como Exportadora Santa Cruz, fundada en 1990, que solicitó por segunda vez la apertura de un proceso de reorganización judicial en diciembre de 2023. También solicitó la misma medida en agosto pasado la empresa Servicios de Exportación Sur SpA (SES, exCarsol Fruit Export SpA), luego de 30 años en el rubro.
Crisis hídrica
¿Qué factores explican este aumento? El Superintendente de Insolvencia y Reemprendimiento, Hugo Sánchez, sostuvo que entre las razones entregadas por las empresas para solicitar su liquidación destacan los efectos de la pandemia y las repercusiones de factores externos, como los conflictos internacionales, el encarecimiento de los créditos y el aumento de la inflación.
Sin embargo, una serie de actores de la industria apuntan a un factor común a mayor escala: los efectos del cambio climático y la “importante” crisis hídrica que está enfrentando el país.
De acuerdo a los datos entregados por la Dirección General de Aguas, en los últimos cinco años la gran mayoría de las macrozonas del país -a excepción del sector del norte grande- se encuentran con déficit pluvial respecto al promedio pluviométrico de 1991-2020. Esto derivó en una potente crisis hídrica, donde incluso algunas áreas del país -como Coquimbo y Petorca- fueron declaradas como zonas de riesgo sanitario y de catástrofe por escasez hídrica.
Este déficit de precipitaciones trajo consigo millonarias pérdidas, recorte de cultivos y una disminución de las áreas plantadas, complicaciones que han hecho que una serie de agricultores tengan que “bajar la cortina” de sus negocios.
“Acá tenemos un problema estructural que ha derivado en pérdidas millonarias, tenemos muchas plantaciones sin agua que desaparecieron. Por supuesto que hay factores externos que afectaron al rubro como la pandemia, pero de eso nos hemos ido recuperando. El tema que nos urge ahora es que nos estamos quedando sin agua, y sin agua no hay agricultura”, enfatizó Walker.
El presidente de la SNA explicó que es fundamental que Chile se adapte al cambio climático y ponga en el centro de la mesa la gestión del agua, porque si este tema no se toma en serio, van a seguir desapareciendo empresas del rubro.
Asimismo, instó a acelerar el proceso de inversión en infraestructura hídrica, para así comenzar lo antes posible a construir grandes obras de riego, embalses, desaladoras y plantas de reuso de agua, entre otras.
“Si seguimos haciendo lo que hemos hecho todo este tiempo no vamos a mejorar. El cambio climático solo va a empeorar, entonces es clave acelerar el proceso de gestión del agua y reconstruir la infraestructura hídrica. Es urgente que hagamos algo distinto, porque si nos quedamos de brazos cruzados, solo vamos a ir decayendo”, concluyó Walker.
Juan Sutil: “El horizonte hídrico es tan malo que dificulta reconstruir la superficie con el empuje de hace 20 años”
Desde el sector empresarial, el diagnóstico es que el actual modelo hídrico para abastecer los campos del país está agotado, y señalan que este escenario es un factor gravitante que se evidencia en el aumento del número de compañías que entraron en reorganización e insolvencia en la última década. “Es una situación crítica. Más que preocuparse hay que ocuparse. Tenemos que hacer una evaluación interna”, sostuvo un importante productor de uvas y nueces de la Región de Coquimbo -que pidió reserva-, y quien comparte la visión de muchos de sus pares respecto de la necesidad de realizar “una cirugía mayor”.
En este marco, el empresario y expresidente de la CPC Juan Sutil precisa que hay seis valles altamente afectados de norte a sur: Copiapó, Vallenar, Elqui, Limarí, Petorca y Aconcagua. “La sequía es una agonía lenta, el año pasado fue un año pluviométricamente dentro de lo normal, pero eso no resolvió los problemas que vienen. De hecho, este fenómeno es tan severo que provocó reorganizaciones empresariales”, aseguró. Así, explicó, si hace 15 años en el Limarí habían 28 mil hectáreas de producción, en 2023 se llegaron a 6 mil hectáreas. “El horizonte hídrico es tan malo que dificulta reconstruir la superficie con el empuje de hace 20 años”, apuntó.
A su juicio, el rol del Estado es clave, desde la puesta en marcha de créditos blandos, hasta la creación de un proyecto de trasvase de agua que permita alimentar los campos chilenos. El empresario alertó que los proyectos de desalación de agua no resolverán el problema de fondo, por el alto costo que implicaría a los agricultores el acceso a este recurso.
“En Chile siempre estamos en la pelea chica y el problema de corto plazo. Llevamos años hablando de embalse y no hay capacidad hídrica en la Cordillera de los Andes. La manera de reponerla es por trasvasije, eso le puede cambiar la vida a Chile y podría convertir en la mayor carretera hídrica para regar 800 mil hectáreas”, apuntó Sutil, proyecto que costaría US$ 18 mil millones y que, aseguró, se puede concesionar. “No tiene porqué ser el Estado quien invierta”, remató.
Empresas de trigo lideran el ranking de quiebras: el dramático escenario de los productores nacionales
Durante los últimos ocho años las empresas de cultivo de trigo son las que más se sometieron a procesos de liquidación. En dicho periodo, 59 compañías vinculadas a esta industria quebraron, y cuatro solicitaron su reorganización judicial. Pero a diferencia de la gran mayoría de la industria agrícola, las razones detrás de este gran número no se relaciona a la sequía ni a la escasez hídrica, sino al negativo panorama del cultivo de trigo. Hace más de dos décadas existían 850 mil hectáreas sembradas de grano, cifra que disminuyó a la mitad. A esto se suma que el precio del trigo cayó a niveles mínimos, pasando de $ 42 mil el quintal a los $ 21 mil, además del sobre stock que existe de este grano.Andreas Köbrich, secretario ejecutivo de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco (SOFO), explicó que existen algunas empresas productoras de trigo que se han visto afectadas por la escasez hídrica, pero recalcó que en la mayoría de los casos de las compañías que han tenido que dejar de producir es debido a las duras condiciones del mercado y la economía. “Los productores de trigo ya no están produciendo. La baja del precio, las tasas que están en un nivel extremadamente alto y el cómo se ha impuesto el trigo de afuera tienen muy afectada a la industria chilena. Esta situación está estrangulando a los productores de trigo, y creo que si las cosas siguen así, van a seguir quedando en el camino productores de trigo”, detalló Köbrich.
El secretario ejecutivo señaló que si bien los esfuerzos de los productores de trigo están en lograr recuperarse en las próximas temporadas, enfatizó que sin la ayuda de la banca ese camino va a ser más largo y difícil. “Hay que hacer un llamado a la banca. Los bancos están con una actitud más pasiva, y necesitamos un mayor apoyo. Si no se toman las medidas necesarias, las empresas relacionadas al trigo van a seguir liderando el ranking” de insolvencias, concluyó Köbrich.
Gobierno advierte casos de insolvencia en sector agrícola “no marcan un comportamiento estructural”
El Ministerio de Agricultura aseguró que la sequía todavía no ha provocado un daño estructural en la industria. Desde la cartera señalan que el balance entre creación de nuevas empresas y firmas que entraron a reorganización e insolvencia, todavía no denota que este último grupo sea mucho mayor.
El ministerio encabezado por Esteban Valenzuela, explicó que de acuerdo a cifras del Servicio de Impuestos Internos, en 2022 el universo de empresas en el sector silvoagropecuario que registraron ventas alcanzó las 20.500, y se formaron 4.069 empresas de primera categoría. Y si bien, hay empresas que han entrado a liquidación en 2023, parece ser una cifra que “no marca un comportamiento estructural”.
“Tenemos situaciones distintas en la agricultura nacional, rubros que se enfrentan a tendencias de precios internacionales negativas, altos stocks o tendencias de consumo que disminuyen y otros con mercados dinámicos y alta demanda. Desde esta cartera estamos atentos a ambas situaciones, conversando permanentemente con los gremios para buscar las soluciones a corto y largo plazo”, dijeron desde la cartera.
En Agricultura indicaron que no hay una sola razón que afecta el desempeño de las empresas. “Entre los aspectos externos, están los efectos del cambio climático, principalmente por escasez hídrica, variaciones de temperatura y ocurrencia de eventos climáticos extremos, pero también existen otras condiciones inherentes a los mercados”. Según el Gobierno, la economía nacional está en recuperación y eso se traslada a la agricultura. “En los mercados internacionales también se observa que recuperan cierta normalidad tras un período de altos precios, especialmente en los productos básicos agrícolas. Se espera que la tendencia a la baja de los precios internacionales de los fertilizantes no se revierta, lo que contribuiría a una mejor rentabilidad para los agricultores”, remató.